Testo: Joaquin Sabina. Que Se Llama Soledad.
(Joaquin Sabina)
Algunas veces vuelo
y otras veces
me arrastro demasiado a ras del suelo,
algunas madrugadas me desvelo
y ando como un gato en celo
patrullando la ciudad
en busca de una gatita,
a esa hora maldita
en que los bares a punto estan de cerrar,
cuando el alma necesita
un cuerpo que acariciar.
Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arane el corazon;
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella..., al mar de tu incomprension.
No quiero hacerte chantaje,
solo quiero regalarte una cancion.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Algunas veces gano
y otras veces
pongo un circo y me crecen los enanos;
algunas veces doy con un gusano
en la fruta del manzano
prohibido del padre Adan;
o duermo y dejo la puerta
de mi habitacion abierta
por si acaso se te ocurre regresar;
mas raro fue aquel verano
que no paro de nevar.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Algunas veces vuelo
y otras veces
me arrastro demasiado a ras del suelo,
algunas madrugadas me desvelo
y ando como un gato en celo
patrullando la ciudad
en busca de una gatita,
a esa hora maldita
en que los bares a punto estan de cerrar,
cuando el alma necesita
un cuerpo que acariciar.
Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arane el corazon;
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella..., al mar de tu incomprension.
No quiero hacerte chantaje,
solo quiero regalarte una cancion.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Algunas veces gano
y otras veces
pongo un circo y me crecen los enanos;
algunas veces doy con un gusano
en la fruta del manzano
prohibido del padre Adan;
o duermo y dejo la puerta
de mi habitacion abierta
por si acaso se te ocurre regresar;
mas raro fue aquel verano
que no paro de nevar.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Joaquin Sabina
Joaquin Sabina