Testo: Manuel Carrasco. Montañas De Sal.
Vendabal de nostalgia me alimmenta
cuando te oigo hablar,
llega el blanco y verde de las cosas nuestras,
llega el cafelito bueno del sofa.
Si ya lo se, que tendria que cuidarme,
pero tu tambien.
El cansancio lo curaste sin palabras,
mi cancion quiere curarte a ti tambien.
Tu eres mi salvacion,
mi primavera cuando llueve la distancia en mi.
Hablame para que vea las maravillas que hay en ti.
Montanas de sal, tu marinero en alta mar.
El beso eterno en el salon,
y la alegria del poniente de tu mano.
Tanto corazon en tu vientre azul, llenando tantas vidas.
Que seria de nosotros si no estas, mi capitan.
Mi flamenco cuando aprendo cada dia de ti.
Aun recuerdo que en tu sombra me gustaba mirar muelles,
ver a los barquitos venir.
Eres mi salvacion, mi primavera cuando llueve la distancia en mi.
Hablame para que vea las maravillas que hay en ti.
Montanas de sal, tu marinera enamora.
Una candela con el son de un cantecito de levante, rompiendo la noche.
En la inmensidad de tu plenitut,
siempre encuentro la calma.
Que tu brisa no me deje de soplar, montanas de sal.
Mi luz, mi puerto, mi lugar, un pedacito de mi ser.
Refugio en la deriva de esta vida,
que me arrastra cada amanecer, cada atardecer.
Yo vuelvo a navegarte con mi barco
y mi guitarra de papel, de papel.
cuando te oigo hablar,
llega el blanco y verde de las cosas nuestras,
llega el cafelito bueno del sofa.
Si ya lo se, que tendria que cuidarme,
pero tu tambien.
El cansancio lo curaste sin palabras,
mi cancion quiere curarte a ti tambien.
Tu eres mi salvacion,
mi primavera cuando llueve la distancia en mi.
Hablame para que vea las maravillas que hay en ti.
Montanas de sal, tu marinero en alta mar.
El beso eterno en el salon,
y la alegria del poniente de tu mano.
Tanto corazon en tu vientre azul, llenando tantas vidas.
Que seria de nosotros si no estas, mi capitan.
Mi flamenco cuando aprendo cada dia de ti.
Aun recuerdo que en tu sombra me gustaba mirar muelles,
ver a los barquitos venir.
Eres mi salvacion, mi primavera cuando llueve la distancia en mi.
Hablame para que vea las maravillas que hay en ti.
Montanas de sal, tu marinera enamora.
Una candela con el son de un cantecito de levante, rompiendo la noche.
En la inmensidad de tu plenitut,
siempre encuentro la calma.
Que tu brisa no me deje de soplar, montanas de sal.
Mi luz, mi puerto, mi lugar, un pedacito de mi ser.
Refugio en la deriva de esta vida,
que me arrastra cada amanecer, cada atardecer.
Yo vuelvo a navegarte con mi barco
y mi guitarra de papel, de papel.
Manuel Carrasco
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